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28 febrero, 2020Hoy llega la palabra favorita de los más afortunados. Es la nº 14 de la serie #Las100PalabrasMasBellasdeJapon. Nos hablará de cómo ser capaces de acceder a una fuente ilimitada de buena suerte que hará que nuestra vida siempre vaya viento en popa.
Daikichi
“La gran suerte”
En Japón tienen una costumbre conocida con el nombre de omikuji, que normalmente se lleva a cabo en los templos y santuarios. Se trata de una predicción de futuro que compras por 100 yenes y que te dice cómo de bueno va a ser tu próximo año. Según la creencia, esta predicción tiene una validez de 365 días y lo más habitual, es comprarla siempre a principio de cada año y así ver qué es lo que nos depara el nuevo ciclo en el que acabamos de entrar. En algunos lugares podemos seleccionar, totalmente al azar, el omikuji que más nos apetezca directamente de unas cajitas expuestas al público, pero en muchos santuarios y templos tendremos que agitar un recipiente hexagonal y extraer una varilla de bambú. Cada varilla tiene un número que nos indica de qué caja tenemos extraer nuestro omikuji.
Los omikujis son unas pequeñas hojas papel alargado que a veces vienen enrolladas como si fueran un pergamino. Es curioso, pero en general nadie lee el texto que está incluido en la predicción porque entre otras cosas, está escrito en un japonés antiguo que sobre todo para los extranjeros, es muy complicado de entender. Sin embargo, los omikujis tienen una palabra arriba que resume el nivel de suerte que representa esa misma explicación. Puedes pasar de la mala suerte, a la mejor suerte posible. Los niveles son los siguientes:
- Chūkichi (中吉), buena suerte moderada
- Shōkichi (小吉), pequeña buena suerte
- Kichi (吉), suerte
- Hankichi (半吉), media suerte
- Suekichi (末吉), suerte futura
- Sueshōkichi (末小吉), pequeña suerte futura
- Kyō (凶), mala suerte
- Shōkyō (小凶), pequeña mala suerte
- Hankyō (半凶), media mala suerte
- Suekyō (末凶), mala suerte futura
- Daikyō (大凶), gran mala suerte
Siempre es muy emocionante el momento en el que empiezas a desenrollar el papel para ver cómo de buena va a ser la predicción que te acaba de tocar. No puedes evitar esbozar una amplia sonrisa si por fortuna ves los símbolos de Daikichi (大吉) que significa, “Suerte excelente”. Entendemos que, de forma divina, ese año vamos a estar bendecidos y que todo va a ir bien.
Personalmente, no soy un gran consumidor de omikujis. No digo que no sean ciertos pero una vez leí un libro que cambió mucho la forma que tenía de entender el concepto de buena y la mala suerte y desde entonces, dejé de confiar mi destino a la providencia. Ese libro fue el gran bestller titulado “La buena suerte” escrito por Alex Rovira y Fernando Trias de Bes. Se trata de una lectura que recomiendo encarecidamente porque, aunque sencilla y breve, a mí me parece una gran historia que todo el mundo debería de leer alguna vez, sobre todo la gente joven.
Aunque las notas de valor que contiene son muchas, quizás el mensaje más potente que encontré en su interior fue que; En el mundo existen dos tipos de suerte. Tenemos la suerte, y la BUENA suerte. ¿Y qué diferencia hay entre una y otra? Pues bien, la primera es la que nos toca por azahar, sin que hayamos hecho nada para que se produzca. Es por ejemplo, cuando nos toca la lotería, o cuando solo nos estudiamos un tema de la asignatura para el que vamos a examinarnos, y justo la pregunta clave del examen es sobre ese tema.
La segunda es aquella suerte que nosotros mismos somos capaces de provocar por hacer justo lo que hace falta para que pueda aparecer. Significa tomar las riendas de la situación y poner todas las bases que permitan que la suerte, de forma inevitable, acabe haciéndonos una gracia. Hay personas a las que vemos vemos y que parecen disfrutar siempre de una gran fortuna. Lo que no sabemos es lo que están haciendo para que esa aparente suerte, esté constantemente ayudándoles a prosperar. Lo más normal, es que la suerte vaya y venga a su antojo. Pero la BUENA suerte, estará siempre con nosotros. Si aprendemos las bases para poder construirla, siempre seremos afortunas porque no dependeremos de lo que el azahar decida, sino de nosotros mismos y nuestra voluntad por avanzar en el camino.
Como esta, hay muchas otras enseñanzas que se pueden extraer de la cultura japonesa y que a mi personalmente me han ayudado mucho a construir una vida mejor de la que ya tenía. Estoy 100% comprometido en compartir con el mundo todo lo que he aprendido en mis más de 16 años de conexión con Japón. Y por ello, a todos los lectores de mi blog me gustaría regalaros el ebook “9 grandes enseñanzas de Japón” en el que he reunido algunos de los aprendizajes más valiosos que he obtenido de su cultura.
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