Kansha: El agradecimiento que nace del corazón

Me gustaría presentarte una palabra que a mi me gusta mucho. Es la nº 18 de la serie #Las100PalabrasMasBellasdeJapon. En su interior se alberga la intención de agradecer algo a otras personas, ya no solo con la voluntad sino también con el sentimiento.

Kansha

“El agradecimiento que nace del corazón”

Todos aquellos que hayan viajado por Japón durante un tiempo, saben que hay palabras que se escuchan frecuentemente. Una de ellas es la de “Arigatou”, que significa “Gracias”. Un hecho que deja en evidencia una faceta de los japoneses que a mí personalmente me encanta, y es la de que son personas que no escatiman en agradecer lo que otros hacen por ellos. Incluso, a veces utilizan un combinado con la palabra “Sumimasen” que significa “Lo siento” para luego continuar con la de Arigatou. Esto lo hacen porque en primer lugar, se disculpan por haberte causado la molestia de provocar o incitar que hicieras algo por ellos, y luego, por supuesto te lo agradecen.

La palabra Kansha, desde mi punto de vista va un poco más allá que la de Arigató. Cuando un japonés la utiliza, se entiende que su agradecimiento es profundo, sincero y va cargado de sentimiento. Es un agradecimiento que nace del corazón para decir que desde lo más profundo de nuestro ser, siempre le estaremos agradecidos por lo que hemos recibido.

Soy de los que piensa que en este mundo se echa en falta un poco más de agradecimiento y que si dijéramos gracias con mayor frecuencia aquí y allí, viviríamos todos más felices y en armonía. Dar las gracias es reconocer a otra persona su esfuerzo dándole el valor que se merece. No hace falta que sea por algo grande, también los pequeños detalles deberían de ser agradecidos. Por ejemplo, cuando estamos esperando en un paso de cebra y un coche se para darnos paso. Es cierto que los peatones tienen prioridad y que los conductores deben de parar, pero al final, hacerlo o no depende de la persona que está al volante y de ese bonito gesto tiene por el prójimo. Así que, ¿Por qué cruzar la calle de forma altiva como haciendo uso de un derecho sin ni siquiera echar una mirada al coche que acaba de detenerse? No cuesta nada girar la cabeza, esbozar una sonrisa y ofrecerle una señal de agradecimiento con la mano.

Siempre he dicho que el agradecimiento es como una onda que se transmite de unos a otros, contagiando a las personas con una energía positiva que no tiene límites. ¿Habéis oído hablar del efecto mariposa? Dice que el aleteo de una mariposa en una parte del mundo, puede acabar generando un torbellino en la otra. Esto se debe a que esa diminuta brisa inicial, con su influencia puede ir generando pequeños acontecimientos que de forma sucesiva van creciendo hasta que, en un momento dado se acaban conformando en algo mucho más grande.

Los actos positivos y negativos que los seres humanos llevamos a cabo casi a diario, son como ese pequeño aleteo. Tanto para bien como para mal, no somos conscientes de en lo que se pueden llegar a convertir cuando van de uno a otro en ese movimiento en cadena. Por eso es tan importante que la mayor parte de las brisas de aire que emitan el aleteo de nuestras alas, estén cargados de positividad. Sin darnos cuenta, quizás nuestra influencia se esté convirtiendo en algo más importante de lo que nunca podríamos haber imaginado.

¿Y sabéis qué es lo mejor de todo? Agradecer es gratis 🙂

Como esta, hay muchas otras enseñanzas que se pueden extraer de la cultura japonesa y que a mi personalmente me han ayudado mucho a construir una vida mejor de la que ya tenía. Estoy 100% comprometido en compartir con el mundo todo lo que he aprendido en mis más de 16 años de conexión con Japón.  Y por ello, a todos los lectores de mi blog me gustaría regalaros el ebook “9 grandes enseñanzas de Japón” en el que he reunido  algunos de los aprendizajes más valiosos que he obtenido de su cultura.

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