Zekkei: Un paisaje maravilloso

Uno de los rasgos que en mi opinión definen más al pueblo japonés es la gran sensibilidad que tienen por la belleza, la elegancia y la armonía. Si hay alguien capaz de apreciar algo bonito, esos son los japoneses. 

Durante los años que viví allí, no dejó de sorprenderme el alto nivel con el que trabajan los artesanos, los diseñadores de jardines, los arquitectos de los edificios tradicionales y todos los profesionales que están relacionados con crear objetos y espacios hermosos.  

Y lo mejor es que no solo son capaces de concebir todas esas magnificas creaciones, también me marcó comprobar la gran cantidad de gente que hay allí capaz de valorar la belleza que contienen.

Zekkei

絶景

Un paisaje maravilloso

La palabra Zekkei se utiliza para hablar de esos lugares que te sobrecogen cuando los contemplas.

絶🡪 Zek 🡪 Incomparable, sin igual, maravilloso

景🡪 Kei🡪 Paisaje

Posiblemente la naturaleza sea el ente con mayor habilidad para diseñar de forma aleatoria y arbitraria estos espacios que te dejan sin palabras. Cuando estás frente a uno de ellos, sabes que es un Zekkei. De esta veneración por la grandeza de los escaparates naturales, nació la lista de los tres lugares más bonitos de Japón. O lo que se conoce como, Sanke.

Su creación se atribuye a Hayashi Gahō en 1643, en un momento en el que la mayoría de los japoneses no conocía tanto su país. Esta lista ayudó a fijar en la mente de los japoneses tres lugares que no debían perderse y que contenían una belleza especial.

Estos son:

• El santuario de Itsukushima en la isla Miyajima, cerca de Hiroshima.
• Amanohashidate y su lengua de tierra al norte de la ciudad de Kioto.
• La isla de Matsushima con su mágica cobertura de pinos en la prefectura de Miyagi, cerca de Sendai.

Desde entonces, los japoneses se han aficionado a construir lo que llaman las listas oficiales de “Los tres más bonitos”. Hay decenas de ellas. Los tres árboles de Sakura más impactantes (Miharu Takizakura. suzumi zakura y Jindai zakura), los tres paisajes otoñales más hermosos (Nikko, Arashiyama y Yabakei), las tres montañas sagradas más impresionantes (Monte Fuji, Hakusan y Tateyama) o los tres jardines más bonitos (Kenroku-en, Koraku-en y Kairaku-en) entre muchas otras. 

Esta es una prueba más que nos habla de esa sensibilidad y ese gusto por saborear aquello que es bonito. Y para mí, este es un gran aliado que nos ayudará a construir una vida más rica y placentera. Entrenar esa sensibilidad por la belleza y tratar de tenerla cerca. Creo que es bueno que busquemos la forma de estar más en contacto con esos elementos que deleitan nuestros ojos.

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