Aquí os traigo una palabra que me resonó mucho la primera vez que la escuché, y desde entonces, siempre me acompaña. Me recuerda uno de los aprendizajes que a mí personalmente más me ha costado realizar. Si analizamos el significado de los símbolos kanji que la forman, tenemos:
吾 – A- Yo, uno mismo
勝 – Gatsu– victoria
Este es un término que nace en el seno del arte marcial japonesa Aikido. Forma parte de uno de los dichos que el gran maestro Ueshiba, fundador de esta disciplina que cuenta con millones de practicantes en todo el mundo, siempre repetía a sus discípulos.
正勝 吾勝 勝速日
Masakatsu agatsu katsuyabi
“La verdadera victoria es la victoria sobre uno mismo, aquí y ahora”
Ueshiba repetía una y otra vez esta frase para recordar a todos sus estudiantes que la lucha empieza primero en el interior, con nosotros mismos. Que la competencia no está fuera, sino dentro. Que no deberíamos de enfocarnos en lo que otros están haciendo para medirnos a la hora de definir cuánto va a ser el esfuerzo que hagamos por prosperar. El foco siempre debería de estar puesto en superaros a nosotros mismos, no en superar a otras personas.
Tristemente, en la mayor parte de los casos, ocurre justo lo contrario. Nos pasamos la vida mirando lo que otros hacen y usando eso para compararnos. Como si viviéramos en una carrera constante por ver quién es mejor o quien llega más lejos. Y esto no lo digo porque sea algo externo a mí, sino porque durante mucho tiempo, esta fue una de mis obsesiones. Competir con otras personas para sacar lo mejor de mí. Incluso llegué a pensar que la competitividad era buena porque me impulsaba a romper mis propios límites. De lo que no era consiente en ese momento era de que aunque fuera cierto que gracias a ella, cada día hacía las cosas un poco mejor, la frustración siempre me esperaba a la vuelta de la esquina. ¿Por qué? Pues porque es imposible ser el mejor en todo. Siempre habrá alguien que te supere en una las áreas de tu vida. Competir contra los demás es como estrellarse contra un muro de hormigón. Y lo peor de todo, es que incluso aunque llegáramos a ser los mejores en algo, ¿Qué viene después? ¿Qué hacemos cuando ya no tenemos nadie con quien competir? Lo que nos depara superar a todos nuestros adversarios no es la satisfacción de ser los mejores, sino la frustración de ya no tener a nadie a quien batir.
Sin embargo, todo cambia cuando dejamos de mirar fuera y empezamos a mirar dentro dándonos cuenta de que lo que otras personas hacen no tiene ninguna importancia. No es relevante que sean más talentosos, más habilidosos, más inteligentes… Lo importante es si tu yo de hoy, es mejor que tu yo de ayer.
Aprender e interiorizar esta idea fue una gran liberación para mí. La presión que me asfixiaba desapareció como si nunca antes hubiera existido. Entendí el gran significado que tiene la palabra Agatsu y decidí recorrer el camino que me llevaría a crecer a nivel personal, no por superar a los demás, sino por superarme a mí mismo.
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1 Comment
Excelente
He seguido todas las
Palabras enseñadas
De donde obtiene esas fotos tan bonitas asociadas a las palabras?
Hay algún libro publicado con estas palabras y sus fotos?