A lo largo de los siglos, wabi-sabi se ha convertido en un elemento integral del estilo de vida tradicional japonés. Es decir, reconocer la belleza de la vida cotidiana en su fugacidad y en sus imperfecciones. En medio de la sociedad agitada en la que vivimos, muchos de nosotros rara vez tenemos el tiempo de hacer una pausa y reconocer dicha belleza. Dentro de los ideales wabi-sabi se encuentra la palabra seijaku, que reduce la velocidad del día a día para permitir que nos relajemos.